foto asociadaEl proceso de calificación de fincas comienza con las fotografías por satélite de las parcelas. Los múltiples datos obtenidos por las continuas visitas a campo se van incorporando a una base de datos que se procesa directamente en los mapas del satélite. Poco a poco se identifican las parcelas, los renques e incluso las cepas individualmente en función de parámetros como el vigor, el número de racimos, pesos de poda, hojas, necesidades de abono, riego… y, finalmente, calidad de las uvas. «La idea es obtener la mayor homogeneidad posible, identificar las viñas más similares para seleccionar los vinos desde el campo», explica Natalia Olarte. «De una parcela física -continúa- podemos obtener dos o tres agronómicas diferentes». Leer Noticia Completa.