Esta es la pregunta que no puedo evitar hacerme cuando leo artículos como estos. Con una crisis global como no se ha conocido, muchas empresas esgrimen “el llamar la atención con extravagancias” como forma de vida. Como no podía ser de otra manera, nuestro pequeño universo enológico no escapa de estas tendencias.

Crianza con meteorito.

Una bodega chilena acaba de lanzar una línea de vinos que tiene la particularidad de haber sido añejada junto a un pedazo de meteorito, caído en la tierra hace 4.500 millones de años.

El vino fue producido por la Bodega Viña Tremonte bajo el nombre de “Meteorito”. “Una vez que el vino está en los toneles se coloca dentro del mismo un meteoro de unos 10 centímetros.

“El pedazo de roca, de tres pulgadas, se introdujo dentro de las barricas de roble donde el vino maduró por 12 meses.

La idea nació de la cabeza de Ian Hutcheon, un escocés radicado en Chile hace 14 años. Él mezcló sus dos grandes pasiones: la astronomía y el vino. El meteorito cayó en suelo chileno hace 4.500 años. “Es un fragmento procedente del cinturón de asteroides situado entre Marte y Júpiter”.

Según su autor, fue un trabajo de mucha experimentación que se inició cuando este escocés radicado en Chile hace 14 años, consiguió que un coleccionista de Estados Unidos le donara este meteorito. Tras probar con variadas cepas y ver las distintas reacciones, se decidió por el Cabernet, que se da muy bien en San Vicente de Tagua, en la Sexta Región.

Vamos que como guste el vino, otra faena más para el enólogo, a buscar meteoritos por el monte.

NanoVino.

Koert Van Mensvoort ha creado lo que denomina el Nano wine… elaborado con Merlot, el vino puede ser modificado con tan solo cambiar su temperatura y se convierte en otro vino de diferentes cepas. Basta con poner la botella al microondas unos segundos provocando que las capsulas nano se abran al cambiar de temperatura transformando su sabor, color y olor.

Cada capsula es diferente y está directamente relacionada con las características organolépticas de una vinifera. Según explica, el cambio se da a un nivel molecular dando como resultado un vino que inicialmente fuera Merlot aparece como un Cabernet Sauvignon, Pinot Noir, o un Malbec.

El cava espeso.

Introduciendo un espesante durante el proceso de producción (la goma xantana), el producto resultante permite incorporar el cava directamente al plato, como si se tratara de una salsa. Así dicen, han conseguido más densidad, más retención del sabor y más fijación del carbónico endógeno’ Para conseguir texturizar el cava, se ha introducido un espesante que se pone dentro de la botella de bodega, en el momento que se conoce como `degüelle’. El resultado es un cava denso, de textura gelatinosa, que permite hacer el maridaje directamente en el plato, como si se tratara de una salsa.

Las pruebas en las bodegas Agustí Torelló Mata, determinaron que este momento óptimo era el del degüelle del vino, completando este proceso final de elaboración del cava, con la adición de la xantana, que actuaba a la par que se iba formando ese carbónico endógeno de la segunda fermentación, quedando íntimamente unido al polisacárido. Al cabo de seis meses la salsa de cava Solid, estaba lista para su consumo.

A priori, solo se veía afectada la textura del vino, aunque esto, no resultó del todo cierto. Y es que una de las primeras conclusiones que sacaron, es que la densidad era un factor importante en la formación de las sensaciones del sabor en la boca. Observaron que aumentaba la sensación de acidez sin verse variaciones en los niveles de pH, y el vino se mostraba más sabroso. Visualmente, las burbujas ascendían más lentamente y la corona aumenta poco a poco de tamaño, conformándose burbujas de morfología poliédrica en la superficie, lo que rompía con la idea clásica de la burbuja redonda.

Este aumento de la espumosidad se debe a la autolisis de las levaduras, lo que origina una liberación de manoproteínas al medio, y este aumento de proteínas es el que ayuda a que la burbuja de gas endógeno se proteja y quede más integrado. Pero esto no solo afecta a las características visuales, sino que además, esta espumosidad es la responsable de ese aumento de la sensación de acidez comentada, puesto que si cualquier espumoso pierde el carbónico, también pierde esa sensación de acidez, sin haber variado su calidad ni cantidad de ácidos.

Esta claro…..  lo raro, si bebes, 2 veces raro.